Derribando mitos sobre el trasplante de órganos
En caso de rechazo, el receptor está obligado a cubrir el costo total de la cirugía.
Los derechos sucesorios de un donante no se alteran si luego de su muerte uno de sus órganos es trasplantado. El receptor nunca podrá reclamar una parte de la herencia del donante fallecido.
Si el órgano de un homosexual es trasplantado al cuerpo de un heterosexual no necesariamente implica que el receptor empiece a sentir atracción por personas del mismo sexo. Estudios científicos demuestran que esto sólo ha ocurrido en 10% de los casos.
Los familiares del donante no tienen ningún derecho de incomodar con visitas al receptor en reuniones familiares. Esto incluye Navidad, Fin de Año y los días de clásico. En el caso del Día de los Difuntos, se decidirá de común acuerdo entre las partes involucradas.
El receptor no puede reclamar un nuevo trasplante por motivos estéticos en los casos de órganos internos, como hígado, corazón y riñones.
Hablan los órganos
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Juan Andrés – Hígado
“Yo era parte del organismo de un hombre de 45 años, muy educado, de buen nivel socioeconómico. La quedó por un infarto, así que el resto de los órganos quedamos sanos. Yo ahora estoy en el cuerpo de un adolescente, pero contrariamente a lo que podría pensarse, la paso peor. Los botijas de hoy chupan como bestias, vino barato, caña brasileña, cualquier cosa. Yo me había acostumbrado al whisky de buena calidad, así que esto es una situación nueva para mí. Al riñón le fue mejor, creo, porque lo trasplantaron a un tipo más sano. Yo trato de estar en contacto con él; después de tanto tiempo, imaginate, habíamos desarrollado una relación de cariño. Pero se hace cada vez más difícil, porque el tipo que recibió el trasplante vive en Canelones y entre el boleto y la jornada laboral perdida se te va mucha plata”.
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Sergio – Corazón
“Yo fui el corazón de un botija de 16 años que se llamaba Facundo. Divino gurí, vivía en un cantegril, porque era de bajos recursos. Se murió y me trasplantaron al cuerpo de un hombre de 27 que emigró a Europa. Yo qué sé, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas vivir acá. Los seguros de salud son buenos, así que me tratan bien. Pero por otro lado es todo más frío, los médicos no te hablan mucho, usan tomógrafos nomás. Así que no te voy a negar que se extraña un poco el paisito, pero la verdad es que como corazón de Facundo nunca iba a poder recorrer el mundo, capaz que ni siquiera salía del cante. Y bueno, yo tengo mi corazoncito —soy todo lo que tengo, de hecho—, pero la verdad de la milanesa es que se me presentó una oportunidad de viajar a Europa y mejorar mi nivel de vida y estoy contento de que se me haya dado”.
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Renato – Cerebro
“Es un estúpido, todavía no entiendo por qué aceptó participar en este experimento. ¿Trasplante de cerebro? ¿A quién se le ocurre? El caso es que él firmó los papeles y a los siete años se murió. ¿Podés creer que llevaron a cabo el experimento? Salió para el orto, obviamente. Mi receptor sobrevivió, sí, pero es un vegetal. No se puede mover, se babea, se caga encima, es un asco. Los médicos dicen que es por mi culpa, ¿pero qué querés que le haga? En el trasplante se me murieron no sé cuántas neuronas, se deterioraron varios tejidos, hubo derrames. Yo qué sé, la verdad es que ahora no la paso mal, pero me da lástima por el receptor, porque eso no es vida. Igual te digo que los verdaderos débiles mentales de esta historia son los médicos. Esto jamás iba a salir bien, está claro”.
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¿Sabías que los trasplantes de piel pueden contribuir a fomentar el multiculturalismo y la diversidad en nuestra sociedad?
Utilizando las más modernas técnicas de la medicina, ahora es posible que un mismo receptor tenga varios colores de piel. ¿Por qué permanecer caucásico cuando se puede tener una mezcla de piel blanca, negra, amarilla, marrón y de muchas otras tonalidades? Qué es más divertido: ¿tener un cuerpo 100% negro o uno multicolor? El cáncer de piel puede ser una buena oportunidad para transformar a una persona común y corriente en un ciudadano del siglo XXI.